Este miércoles, a quince años de la muerte del destacado escritor y periodista tucumano Tomás Eloy Martínez, se evocó su obra y su legado en un evento organizado por la Casa de Tucumán, en Buenos Aires. Javier Martínez, hijo del autor de Santa Evita, y el periodista Miguel Velárdez compartieron anécdotas con el público en torno al trabajo periodístico y literario que marcó a distintas generaciones. El encuentro, organizado por Andrea Norton, incluyó la proyección de videos de colegas -cuyas alocuciones se reproducen en esta página- que tejieron una relación profunda con Martínez en distintas etapas de su vida.
“Tucumán era el centro del mundo para él, el lugar donde todo pasaba…Empezó a trabajar en LA GACETA gracias a su primer cuento, que le llevó a Daniel Alberto Dessein, y que se publicó en LA GACETA Literaria”, rememoró Javier Martínez. Entre las anécdotas, Velárdez recordó el día en que Tomás Eloy llamó feliz a su madre para contarle que The New York Times le había dedicado una página a su novela Santa Evita. “Eso está muy bien, ¿pero cuándo sale en LA GACETA?”, le contestó.
En el anecdotario no faltó la disputa, que derivó en una demanda judicial, con Antonio Domingo Bussi por una nota que criticaba fuertemente la decisión de arrojar en Catamarca a los mendigos de las calles tucumanas. Tiempo después, Beatriz Rojkés lo calificaría como “ex tucumano” a raíz de otro artículo publicado también en La Nación y LA GACETA.
“Fue un gran amigo de Gabriel García Márquez y de Carlos Fuentes. También de José Saramago y de Julio Cortázar. Se sentía parte de ese grupo, y ellos necesitaban que estuviera ahí”, agregó Javier.
"Queríamos reconocerlo en este mes, que se celebra el Día del Libro, el Día del Escritor y el Día del Periodista. Sabemos que él reunía todas esas condiciones y obviamente era un tucumano que merece ser destacado” dijo Enrique Salvatierra, representante oficial de la Provincia en Buenos Aires.
Perfil
Tomás Eloy Martínez nació el 16 de julio de 1934, en San Miguel de Tucumán. A los 16 años publica críticas de libros y relatos en LA GACETA Literaria. En 1954 inicia su carrera periodística en LA GACETA. En los 60 es jefe de redacción de Primera Plana, revista que catapulta a la fama a Gabriel García Márquez y es uno de los detonadores del boom latinoamericano. Martínez publica allí la primera crítica integral de Cien años de soledad. En 1985 publica La novela de Perón, traducida a seis idiomas. En 1995 Santa Evita se convierte en un fenómeno editorial. Traducida a 36 lenguas, publicada en más de 60 países, es la novela argentina más traducida de todos los tiempos. Fue columnista permanente de El País de Madrid y The New York Times. En 2005 fue finalista del Man Booker, la distinción literaria más destacada del mundo después del Nobel. Murió el 31 de enero de 2010, en Buenos Aires.
El mejor de todos
Por Juan Cruz Ruiz*
“El día de su muerte yo estaba al lado de Gabriel García Márquez. ¿Quién ha muerto?, preguntó. ‘Uno de tus mejores amigos, Tomás Eloy’, le contesté. Al cabo de un rato, en ese momento ya con su memoria indecisa, dijo con la voz en alto, para que todos escucharan: ‘Era el mejor de todos nosotros’. Creo que ese fue el mayor epitafio que recibió Tomás Eloy”.
*Periodista, escritor y editor. Es uno de los fundadores del diario El País.
Un maestro del periodismo
Por Jaime Abello*
“La alegría de vivir, la amistad, el compañerismo y la solidaridad tienen que ver con la vida de Tomás. Tuvo una relación profunda con la Fundación Gabo y con Gabriel García Márquez. Tomás fue un cómplice, un guía, un gran maestro del periodismo. Nos alegraba la vida con sus historias. Nos enseñó la curiosidad. Fue un constructor de relaciones, un asesor estratégico. Lo recordaremos siempre con mucho amor y emoción”.
*Presidente de la Fundación Gabo.
Un gran editor
Por Leila Guerriero*
“Además de ser un gran autor, un hombre con un estilo, una prosa y una mirada completamente reconocible, un erudito, era un gran editor. Una persona que sabía mirar un texto, leerlo con ojos de rayos X, haciendo lo que hacen los grandes editores: dar sugerencias o indicaciones con una gran delicadeza, gran precisión, un editor que daba seguridad, sin llenar de dudas vanas a quien editaba. No pensaba un texto en términos de cómo lo hubiera escrito él sino buscando potenciar de la mejor manera el caudal de esa voz que era una mirada distinta, ajena”.
*Periodista. Pluma de honor de la Academia Nacional de Periodismo.
Los comienzos en LA GACETA
Daniel Dessein
LA GACETA
Conocí a Tomás Eloy Martínez a través de mi padre, quien fue uno de sus mejores amigos. Se conocieron en 1951, a los 16 años de Tomás, cuando le llevó a mi padre una crítica de un libro de T.S. Elliot. Mi padre encontró en ese texto una forma de adjetivar que anunciaba a un escritor y le pidió que lo intentara de nuevo. Lo hizo, le llevó una crítica de un libro de Vasco Pratolini y esa fue la primera nota que Tomás publicó en un medio. Continuó colaborando en LA GACETA con otras críticas, con poemas –cuyos títulos elegía poniendo un dedo al azar sobre una página de la Biblia- y cuentos. Uno de esos cuentos, el primero, publicado en 1952, se llama ‘Noticia de Vicente Barbieri’. Lo descubrí en 2008, se lo llevé a Tomás y coincidimos en que el protagonista de ese relato prefiguraba a uno de los personajes principales de lo que acababa de publicar, Purgatorio, su última novela.
Tomás Eloy Martínez mantuvo durante toda su vida una profunda relación con sus amigos, con LA GACETA, con su provincia. “Tucumán fue siempre para mí el resumen del mundo –dijo alguna vez-, el lugar donde pude ver de una vez y para siempre todo lo que después encontré en la vida”.